¿Cómo será el futuro del trabajo? La pandemia ha cambiado todo nuestro entorno, especialmente el laboral: nuevos hábitos, teletrabajo forzoso, tendencias que han ‘triunfado’ de manera impuesta, nuevas relaciones con compañeros y jefes…
La pregunta ahora es otra: ¿será todo esto pasajero? ¿O ha llegado para quedarse? ¿O algunas cosas se quedarán y otras volverán a ser como fueron siempre?
Dudas aparte, lo que está claro es que la llegada el coronavirus, el estado de alarma y el confinamiento nos ha situado ante escenarios que, como poco, serán estables hasta que llegue la vacuna. Si a eso le añadimos que nadie apuesta por una vacunación antes de 2021, es posible que algunas tendencias del futuro del trabajo que parecían pasajeras acaben consolidándose…rápidamente.
Lo malo de todo esto es que la situación actual, imposible de prever, ha generado algunos problemas en nuestro día a día laboral.
Los problemas del teletrabajo imprevisto
Nadie podría pensar que el teletrabajo fuese a triunfar en España desde el principio. Esta nueva situación ha generado algunos problemas a los que las empresas deben poner solución más pronto que tarde.
1.- Coste emocional y laboral del empleado
No cabe duda de que casi cualquier empleado, sobre todo los que viven lejos de su oficina, se han alegrado en líneas generales de tener que recurrir al teletrabajo. Según un estudio, el 54% de los profesionales españoles valora de manera altísima (entre un 8 y un 10) el cambio al teletrabajo, mientras que apenas un 13% le concede un suspenso a esta experiencia.
Pero no es oro todo lo que reluce, ya que dentro del teletrabajo hay circunstancias no tan positivas.
Para empezar, muchos españoles han tenido que compaginar el teletrabajo con el cuidado de sus hijos o la ‘obligación’ de estar siempre con su pareja o su familia. En el futuro del trabajo, este es un importante punto a tratar.
Como revela el informe El lado bueno del confinamiento, la inmensa mayoría de los españoles vive acompañado de al menos una persona, con lo que la relación diaria puede sufrir problemas ante un aumento exponencial de las horas de convivencia.
Además, ¿está nuestra casa verdaderamente preparada para vivir confinados y trabajar desde ahí? Los datos dicen que no: la mayoría de las viviendas de Madrid tienen menos de 60 metros cuadrados, mientras que un porcentaje significativo de ellas no ha tenido calefacción y muchas más no tienen aire acondicionado para afrontar el calor de este verano.
Hay más factores que apuntalan los problemas: los profesionales de nuestro país trabajan dos horas más al día con el teletrabajo, según NordVPN, ya que la ausencia de limitación física de la oficina y la bajada de la gestión laboral está alargando las jornadas laborales.
2.- Gasto económico del empleado
Muchos hogares no tienen por qué estar debidamente preparados para teletrabajar con los equipos técnicos suficientes o con la ciberseguridad que sí da la red interna de la empresa. Y esto es algo que no solo ocurre al empleado medio, sino también en casos de grandes empresas e incluso instituciones públicas. Cabe prever que algunas empresas asumirán algunos de estos costes, pero en otros casos será el empleado el que deba gastarse el dinero suficiente para poder teletrabajar (dispositivos, conexión, mesa de trabajo…).
Además, el problema de la vivienda no es baladí. Muchas personas viven en casas demasiado pequeñas para poder teletrabajar o no obtienen suficiente luz natural, con lo que la tendencia está clara: los españoles están buscando cambiar de vivienda, y eso repercutirá indiscutiblemente en su propia economía.
3.- Costes laborales de la empresa
Nadie se acostumbra al teletrabajo de la noche a la mañana. Por mucho que un empleado apueste por trabajar desde su casa, la lógica dice que le costará un tiempo habituarse. Además, hay muchas empresas, en función de su sector, en las que el trabajo en equipo es indispensable o en las que las reuniones internas sean frecuentes.
Para estas compañías, el teletrabajo, de entrada, ha supuesto un reto demasiado difícil. No solo han perdido agilidad y eficiencia, sino también productividad: hasta los propios empleados lo reconocen.
4.- Costes económicos de la empresa
Aparte de las pérdidas económicas que supone la caída de la productividad, las compañías se enfrentan a varios problemas más que repercutirán, y mucho, en su cuenta de resultados.
Para empezar, casi todas, en mayor o menor medida, tendrán que hacer cierta inversión para garantizar que sus empleados puedan trabajar desde casa, un gasto que aumentará de manera proporcional al tamaño de su plantilla.
Además, hay otro problema añadido: si todo o casi todo el mundo trabaja desde casa, ¿qué hacemos con la oficina?
La mayoría de empresas, sobre todo las que mantienen un número variable de empleados, suelen alquilar sus edificios, que ahora mismo están vacíos.
Y aunque se vuelva a dicha sede, nunca podrá estar completa al 100%, con lo que se estará pagando por unas instalaciones que no se pueden usar como se venían usando hasta ahora.
5.- Problemas a corto y medio plazo
Son muchas las empresas que ya han implantado el teletrabajo de manera definitiva: Facebook, Google o ING ya lo han hecho, mientras que Telefónica está empezando a regularlo.
Esto desembocará en empleados que, sabiendo que ya no deben estar sí sí en grandes ciudades, apuesten por mudarse a localidades más pequeñas.
Y ahí llegará otro melón para el que la mayoría de empresas no están preparadas: si muchos de sus empleados trabajan fuera de la oficina, ¿se debe implantar sueldos variables en función de la ciudad en la que se resida? Nadie o casi nadie tiene la respuesta a esto.
Por último, la pregunta que todos tememos hacernos en voz alta: ¿y si hay un nuevo rebrote de covid-19? ¿Y si, cuando creamos tener la situación medianamente controlada, tenemos que volver a confinarnos y a teletrabajar?
Las empresas deben lidiar con esta incertidumbre, que afectará tanto a su vida laboral diaria como a su cuenta de resultados.
Las tendencias que se van a consolidar
Es innegable que hay problemas ,pero todo gran problema tiene también grandes soluciones. Estas son algunas de las tendencias laborales que no van a desaparecer aunque llegue la vacuna contra el covid-19 y forman parte del futuro del trabajo:
1.- Asentamiento del trabajo
La llegada del confinamiento nos ha impuesto el teletrabajo de manera forzosa. Según el Banco de España, el 80% de las empresas españolas ha recurrido a él. Y sería ingenuo pensar que ese 80% lo van a implantar de manera definitiva: el teletrabajo en España está en alza, pero las empresas que apuestan por él de manera voluntaria aún son clarísima minoría.
De hecho, en España los índices son muy bajos en comparación con los países de nuestro entorno.
Pero también sería ingenuo pensar que absolutamente todas va a volver a la situación anterior. Los españoles hemos demostrado que el teletrabajo nos satisface enormemente, así que apostar por este tipo de modelo laboral va a ser, más pronto que tarde, un ejemplo de competitividad de las compañías a la hora de reclutar talento.
2.- Auge del coworking y las oficinas independientes
Hace años que el coworking está experimentando un auge sin precedentes: según el informe Global Coworking Survey, este año habrá 2,68 millones de profesionales trabajando en 26.300 coworkings, una tendencia que se verá disparada tras la llegada del covid-19.
3.- Multimode working
Pero no vale cualquier coworking, al menos no para todas las empresas.
Los profesionales autónomos pueden recurrir a espacios más modestos, pero las pequeñas, medianas y grandes empresas necesitan espacios más exclusivos y ‘premium’: con espacios amplios, sin masificación de personas, con servicios adaptados a las necesidades corporativas de cualquier compañía, con atención personalizada, etc.
De hecho, tampoco se trata de que el coworking se convierta en un espacio fijo para los empleados, sino también de que estos puedan acudir allí de manera puntual o con horario reducido.
Este tipo de espacios, que generalmente suelen estar en zonas céntricas o puntos estratégicos de negocios de las grandes ciudades, ofrecen su proximidad geográfica como una ventaja añadida para las empresas y sus profesionales.
La tendencia, de hecho, se viene haciendo realidad desde hace años: compañías como Microsoft, IBM, Red Bull, Axa o Caixabank ya han mandado a parte de sus plantillas a trabajar en este tipo de espacios.
En este sentido, GSG Business Hub ofrece coworkings premium partiendo de la filosofía multimode working, en la que las grandes corporaciones contratan un espacio de trabajo o despachos en sus centros de negocios para tener como alternativa de ubicación céntrica para sus empleados.
Los centros de GSG Business Hub se encuentran en zonas estratégicas de Madrid como el Paseo del Prado, Retiro, Cibeles, Plaza España o Serrano.
4.- Horarios reducidos o variables
El modelo multimode working también puede implicar cierta variación en las jornadas laborales de los empleados, que, para trabajar de manera segura, pueden acudir a su puesto de trabajo con una jornada reducida (pasando el resto del tiempo trabajando desde casa o desde un coworking premium), de manera variable (turnándose en días alternos para acudir a una otra oficina) o de manera escalonada (estableciendo varios turnos de entrada y salida).
5.- Navegación segura y anónima
Los empleados que teletrabajen desde casa o en una pequeña oficina, como ya hemos visto, se enfrentan al problema de conectarse a unas redes que pueden no ser tan seguras como las de su oficina. Por ello las compañías deben instar a sus empleados a navegar de forma segura.
Esta navegación segura no solo comprenderá los consejos tradicionales (no abrir correos sospechosos, no entrar en webs poco fiables…), sino que también será posible con el uso de redes privadas virtuales (VPN, por sus siglas en inglés) para garantizar la mayor seguridad informática posible.
6.- Entorno seguro y tecnología de distanciamiento
La realidad evidencia que, pese a todo, habrá empresas que aún obliguen a sus trabajadores a acudir a la oficina.
En estos casos, eso sí, los centros de trabajo deberán estar adecuadamente preparados para las medidas sanitarias imprescindibles: para empezar, tendrán que abandonar la tendencia de estructuras abiertas y volver a los modelos de separación física mediante tabiques, paredes o pantallas protectoras.
Pero no acaba ahí la cosa.
Para garantizar en todo momento la seguridad, las empresas deberán invertir en tecnologías que aseguren la salud de su plantilla.
En este sentido existen alternativas como las cámaras de reconocimiento facial (que identifican incluso las mascarillas), las cámaras térmicas (para medir la temperatura), los métodos de acceso contactless (para evitar que decenas o cientos de personas pasen la mano por el mismo sitio cada día) o las ‘apps’ que rastrean el recorrido de cada empleado para que, en caso de existir contagios, pueda controlarse a quien haya estado cerca de él.
El Futuro del Trabajo: Conclusión
La conclusión, en definitiva, está clara para el futuro del trabajo: la llegada del covid-19 y el confinamiento ha supuesto un cambio radical no solo en la forma en que trabajamos, sino también en los modelos laborales que adoptan y adoptarán todo tipo de empresas.
Y aunque en algún momento volvamos a la llamada ‘nueva normalidad’, la flexibilización de las formas de trabajo será esencial para que las corporaciones puedan seducir, contratar y retener al mejor talento, además de aumentar la productividad de su trabajo diario y la calidad de vida y profesional de todos.
Un entorno multimode working, por tanto, requiere una revisión de la manera en que trabajamos y trabajaremos y difinitivamente, formará parte del futuro del trabajo.